La facilidad para conseguir armas en Estados Unidos parece ser una de las condiciones que propician que los jóvenes causen graves daños a sus compañer@s y/o maestr@s, Michael Moore en Bowling for Columbine analiza el problema y presenta el tema de manera crítica; a mi me surge una duda similar a una de tantas que él nos expone, ¿por qué ocurre ésto en Estados Unidos si representan el ideal de vida en su american way of life?.
Al parecer puede ubicarse la causa en torno al temor, gran parte de la sociedad norteamericana se muestra aterrada con múltiples fenómenos, dejando en una enmienda constitucional y leyes secundarias el fundamento de la posesión de armas para combatir sus miedos, generalmente causados por factores externos que influyen determinantemente en la toma de decisiones de las personas.
Los miedos, que no son exclusivos de los norteamericanos, no siempre deben combatirse con balas, la defensa propia y de la colectividad no se reduce al ataque por medio de la fuerza; la seguridad como todo principio, si es llevada al exceso produce medidas extremas e incluso ridículas para conseguir el control.
Se ha llegado al punto de segregar por miedo, temer al crimen y a todo lo que no tenga cabida en la construcción tradicional de la moral estrictamente yankee, las consecuencias inmediatas como primer reacción parecieran ligarse con la violencia generalmente; se culpaba a los afroamericanos, a los latinos, a los migrantes, a los pobres y a los rockeros, entre tantos, igual que Moore, no creo que estos grupos sean los culpables de los tiroteos en las escuelas y otras manifestaciones violentas al interior de la sociedad norteamericana.
Pareciera que el padecimiento de la paranoia de vivir se apoderó de los Estados Unidos, pero la economía global se percató que el temor es un escalón del consumo, concentrando múltiples empresas sus esfuerzos en avivar el miedo para ofrecer satisfactores que produzcan la sensación de seguridad temporal hasta que aparezca un nuevo producto que supere al anterior y así hasta incrementar las ganancias de forma exponencial.
La tranquilidad no se compra ni almacena, se construye sobre el actuar cotidiano, en concordancia con el imperativo categórico kantiano donde nuestras acciones estén encaminadas por un trasfondo moral que garantice el desarrollo; es notable la acción que Moore realizó en compañía de 2 jóvenes con secuelas de las heridas que recibieron durante el tiroteo en la Columbine High School, quienes consiguieron más de lo que esperaban, que K Mart dejara de vender balas como las que se usaron para causar sufrimiento.
¿Qué podemos esperar de un país que para asegurar su subsistencia lejos del Reino Unido, aniquiló los elementos culturales ancestrales que ya existían en el mismo espacio?, en esa acción se percibe el temor potenciado ante los retos de la época.
Francisco Daniel
domingo, 9 de mayo de 2010
Sobre Columbine y la violencia
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