Mañana inicia el desfile funky, para estar en sintonía, voy a dejar unas cuantas ideas que me atraparon, porque reconozco que en nuestros días el mercado es la guía y quien esté mejor posicionado en él manda, pero para llegar a esos espacios privilegiados hay que sobresalir entre un sin fin de competidores, donde el ingenio y el talento son lo más preciado.
Pensemos en lo que nos ofrecen cotidianamente, los productos que salen de nuestra normalidad, porque ya estamos acostumbrados a consumir ciertas cosas que no reparamos en reflexionar más allá de su precio, son parte de nuestra vida, me suena conocida esa frase.
Regresando a la oferta novedosa tenemos que rescatar la práctica comercial actual, la venta de ideas, compramos esperanzas y bienes intangibles que para cada uno son valiosos, como dice Alan Moore en V for Vendetta, “las ideas no mueren, son a prueba de balas”, al ser algo perdurable, atesoramos las cosas que asociamos a ideas, en cambio son tantos productos en el mercado que pierden su valor, entonces las corporaciones ven ahí grandes posibilidades de ganar dinero comercializando innovaciones para consumidores específicos apelando al sentimiento.
Basta analizar cualquier producto novedoso que se base en los sentimientos para colocarse entre las tribus, generalmente son finas piezas elaboradas artesanalmente, cuidadas en todos sus detalles, llenas de ventajas frente a cualquier otro instrumento similar, porque hoy estamos llenos de objetos, casi todas las marcas de televisores, carros, plumas, mochilas, zapatos, relojes, etc. tienen los mismos elementos y funcionan bien, pero nos enfrentamos al conflicto de elegir la marca que llene nuestras expectativas. En esta presentación nos muestran aquello que no se ve, nos ofrecen productos elaborados bajo estrictos procesos de alta calidad, que además son biodegradables, amables con el planeta, cuentan con alta tecnología aplicada e incluso tienen ventajas holísticas, ¿cómo compite un producto normal ante algo revestido de tales potencias?; pero podemos agregar más al sentimiento para conmover a los destinatarios de algo que no necesitan, pero querrán comprar, al adquirir el preciado bien, una parte de las ganancias se destina para fines caritativos o humanitarios, ¿quién se puede resistir a tener algo y ayudar a los demás?, una solución moral cómoda para sentirse bien sin mover más que la cartera.
El ingenio aplicado a los productos es sorprendente, existen variedades de los mismos para entrar en todos los gustos posibles, pero en esa estandarización existe la dirección específica hacia cada uno, el comprador hace suya la cosa al darle un significado, si la empresa le agrega un número de serie, nos brinda exclusividad y si tiene un certificado de autenticidad, las personas le atribuyen propiedades como seguridad e identidad, tienen razón Ridderstrale y Nordstrom, el talento mueve al capital.
Francisco Daniel
miércoles, 12 de mayo de 2010
Ideas y sentimientos en venta
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