miércoles, 5 de mayo de 2010

La interpretación metaconstitucional


















Pareciera un tema dogmático incomprensible para la mayoría, el conocimiento del dogma por unos cuantos, pero no, en realidad no es el rumbo de estas líneas, se trata de la apreciación de la película La Ley de Herodes, algo común y cotidiano entre los mexicanos, parte de nuestra cultura es la repetición de la misma historia con diferentes colores e ideologías que evidencian la falta de comprensión y atención profunda a los problemas y retos del país.

La manera en que retratan la cadena de favores para ocupar los puestos políticos es brillante, generalmente no se trata del mejor para desempeñar la función, sino del que está disponible, provocando la reflexión con una frase contundente “la modernidad por fin llegó a nuestro país”, para pasar a “modernidad y justicia social” como principios de actuación en el discurso, cuando en la práctica únicamente hay soluciones artificiales para problemas reales; por supuesto, el elegido se llena de ilusiones por cargos futuros cuando no ha iniciado su gestión, para posteriormente desilusionarse con la realidad, ¿es una película que ya hemos visto?.

Otro tema bárbaro es la secularización, que a escala experimental no se presenta porque el sacerdote controla la actividad del pueblo, entonces el representante del Estado tiene que convenir con las fuerzas paralelas al sistema porque de manera aislada únicamente puede caminar en círculos y nunca encontrar rumbo. Una crítica severa es la limitación del desarrollo por carencia de recursos económicos, hasta que se arma con la Constitución y las leyes, así, la interpretación recae en la única autoridad oficial que encarna en su figura todas las funciones estatales, ¿tiranía?, no, sistema constitucional según lo que dice la norma, desviando el fin de la misma para el beneficio personal, la corrupción inunda al funcionario al grado de matar y sembrar evidencias en alguien que no pueda defenderse, eso es acudir a medios extremos para perpetrar el egoísmo.

Aparece la reconstrucción de la Constitución desde la perspectiva del que la lee y quiere usarla para su provecho – de ahí lo de interpretación metaconstitucional – pero se encuentra con la rendición de cuentas al partido hegemónico, es absurdo pensar que la Constitución sirva como caja fuerte, pero irónicamente, es el último sitio donde alguien buscaría un tesoro; presentándose la necesidad de retribuir lo recibido a la cadena de favores, todo, para terminar escondido en la punta de su signo de modernidad; entonces ¿a quién le hizo justicia la revolución?.

¿Necesitamos una nueva Constitución o seguimos con reformas y adiciones?.

Francisco Daniel

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