lunes, 22 de marzo de 2010

Un irlandés que lo intentó hace más de dos siglos


Toca ahora que dediquemos una líneas a Guillen de Lampart o William Lampart, conocido en México como Guillermo Lombardo de Guzmán, originario de Wexford, Irlanda, que habilidosamente se hacía pasar como descendiente de nobles, con el descaro de decirse hijo ilegítimo de Felipe III de España.

Cuando llegó a la Nueva España en 1640 con el Virrey Diego López Pacheco, Marqués de Villena, seguramente le fue fácil aprovecharse de la situación para colocarse en las esferas del poder de la región por dominar varias lenguas y usar la persuasión como herramienta. Lo sorprendente es su intención revolucionaria – cien años antes a los primeros movimientos franceses alimentados por la Ilustración – ya que fraguó un plan para independizar a la Nueva España, proponiéndose como Rey de América y emperador de los mexicanos; sus intenciones fueron truncadas en 1642, cuando fue denunciado su plan y llevado ante el Santo Oficio, que lo encerró por 17 años; pero aún en esta condición intentó escapar, terminando sus días en la hoguera.

Podemos ver a Lampart en el Monumento o Columna a la Independencia de México, en su representación se encuentra atado a un poste, con postura erguida y su cabeza orgullosa; este Irlandés atrevido comparte créditos con Fray Servando Teresa de Mier, J. Fernández de Lizardi, Carlos María de Bustamante, José María Cos, José María Liceaga, Andrés Quintana Roo, José Antonio Torres, Víctor Rosales, Encarnación Ortiz, Mariano Jiménez, Leonardo Bravo, Pedro Moreno, Pedro Ascencio, José Joaquín de Herrera, Miguel Barragán, Melchor de Talamantes, Francisco Primo de Verdad y Ramos, Marqués de San Juan de Rayas, J. M de Michelena, Epigmenio González, Antonio Ferrer, Josefa Ortiz, Leona Vicario, Mariana Rodríguez, Vicente Guerrero, José María Morelos, Javier Mina, Nicolás Bravo y Miguel Hidalgo y Costilla, Iturbide, Allende, Matamoros, Aldama, Victoria, Rayón, Mier y Terán y Galeana. ¿Acaso su figura de rebelde es suficiente para considerarlo precursor de la Independencia?.

Si en 1642 esto no tuvo éxito resulta curioso que todavía algunos extranjeros crean que nos pueden sorprender.

Francisco Daniel.

Entre arena y sentimientos de unión



Encontré este video donde la ucraniana Kseniya Simonova's, con sus manos, en tiempo real realiza animaciones con arena, combinando su talento con música y expresión corporal para dotar de significado su obra, apelando a los sentimientos del público que reacciona a cada trazo que realiza.

La mezcla de elementos comunes con un pasado compartido por sus espectadores, provoca identificación con lo que perciben, arrancándoles expresiones de sorpresa, tristeza y alegría.

Aquí inicia con una noche estrellada que tiene una ciudad como fondo donde una pareja descansa al lado del camino, de golpe aparece el rostro de una mujer con lágrimas en los ojos que se tornan en una sonrisa, para dar paso al sonoro estruendo de un bombardeo y la representación de figuras humanas angustiadas, que con unos movimientos dactilares se convierten en otro rostro femenino con semblante dinámico que muta a una representación citadina. Vemos entonces las reacciones de la gente, llanto verdadero, que visto desde nuestra perspectiva se presume causado por aparentes recuerdos revividos por la arena. Termina la experiencia dejándonos ver a través de una ventana, situándonos en un sitio seguro desde el que podemos observar lo que ocurre detrás del cristal, dejando en el arenero como referencia histórica el año de 1945.

Los granos de arena se unen al acomodarlos con las manos, al igual que las personas pueden asociarse con la construcción de estructuras que las vinculen; como vemos, la arena puede sacudirse y dar lugar a cambios dinámicos, la historia nos enseña que lo mismo nos ocurre a nosotros con las revoluciones. Después de vernos reflejados en la pantalla, ¿en qué parte de la obra nos encontramos?.

Francisco Daniel.

viernes, 19 de marzo de 2010

Reglas de reconocimiento inconstitucionales y el destino de un pueblo

Hace una semana para sorpresa de algunos, leíamos en los titulares la escalada de Carlos Slim al primer puesto de la lista que presenta la revista Forbes con los hombres más ricos del mundo, interesante es que no nos sorprendiera ver a “El Chapo” Guzmán en el lugar 701 compartiendo la posición con Alfredo Harp Helú y Emilio Azcárraga Jean, cada uno con fortunas calculadas en mil millones de dólares.

En un intento de dotar de sentido estas líneas, recurrimos a Hart, quien hablaba de la regla de reconocimiento como instrumento para identificar a las normas pertenecientes a un sistema jurídico que existen como hechos aceptados judicialmente y forman parte del ordenamiento. Por analogía, los criterios de Forbes sustituyen a los jueces, entonces, se reconoce que el narcotráfico y las actividades relacionadas con él generan riqueza a pesar de su origen ilegal; hacer público ese reconocimiento puede repercutir en los mexicanos, que en un ejercicio simple nos lleve a pensar que da lo mismo ser un banquero reconocido o concesionario de telecomunicaciones y explotarlas a través de un corporativo sólido, que dedicarse a actividades apartadas de las disposiciones que rigen la convivencia, una ruta fácil.

Interesante sería ver o leer a Guzmán Loera en una entrevista a Forbes, donde explicara la forma en que se allega de recursos y la operación de su organización criminal, pensar en esto me recuerda el episodio histórico en que Porfirio Díaz con una declaración a la Pearsons magazine, desencadenó las pretensiones de Madero para contender por la presidencia.

La Constitución como ideario, pretende fijar los principios rectores de un Estado, garantizando los derechos de los gobernados, pero los poderes paralelos existentes al interior han cobrado tal fuerza que ahora ocupan los medios de comunicación y han creado subculturas, donde la ley del mínimo esfuerzo y el máximo riesgo coloca a los outsiders del sistema, que tienen conocimiento de las consecuencias de sus actos y aún así los llevan a cabo bajo la aspiración de algún día aparecer en la lista de la revista Forbes. ¿Acaso no podremos hablar hipotéticamente de inconstitucionalidad de sus actos?, más allá de la simple trasgresión de la ley penal se encierra el proyecto de vida de las personas y el rumbo de una Nación aparentemente garantizados por el Estado.

Al parecer la estrategia actual se enfoca en el derecho penal del enemigo, restringir las garantías de la delincuencia organizada para equilibrar fuerzas en el combate, ¿será la solución?, estamos siendo testigos de experimentos con vidas humanas y se está saliendo de control el ejercicio. Debemos pensar en el destino del pueblo, que ya aprendió a vivir esta realidad paralela, donde nos consideran un país del G5 y a la vez nos comparan con los países en guerra por los índices de violencia. Recordemos que eso no es México, recuperemos la identidad Nacional para hacer frente, desde el espacio ciudadano, a la pretensión de colocarnos como los vecinos malos de los Estados Unidos de Norteamérica.

Francisco Daniel.

jueves, 18 de marzo de 2010

La Constitución, tiempos e identidad

En el análisis del tránsito de la premodernizad a la modernidad, encontramos las Cartas fundantes del Estado Nación en sus diversos matices alrededor del planeta; la línea cronológica nos remonta al Reino Unido en 1215, cuando la nobleza se reunió para imponer La Carta Magna a su Monarca Juan Sin Tierra, dejándonos el primer documento que limitó la actuación del soberano, quien a partir de ese momento tuvo que ajustar su actuación a lo pactado con su pueblo, dejando como herencia el parlamentarismo; los Estados Unidos de Norteamérica recogieron algunos de esos principios y en 1776 concibieron la primer Constitución moderna, legando el federalismo, enarbolando principios liberales, dejando entrever el primer sistema de control de la constitucionalidad de los actos de autoridad; poco después los franceses al vivir el año 1789 brindaron el garantismo con su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aunque Olympe de Gouges haría ver más tarde el corte misógino del documento, pagando con la sangre de su cuello el precio de su atrevimiento; después llegaron en cascada movimientos como la Revolución Bolchevique en la URSS (1907) con la igualdad como presupuesto de existencia, la Constitución de Weimar en Alemania (1919) que sirvió de transición del feudalismo arraigado al nacional socialismo instituido por la confusión.

México, tuvo varios intentos antes de conseguir subirse al tren de la modernidad, pero fue, como el título de la obra de teatro, 1824 el año en que fuimos imperio, cuando se firmó el llamado por Burgoa “Derecho Primario Mexicano”, el Acta Constitutiva de la Nación Mexicana y la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, ambos documentos sentaron los principios de la nueva imagen de México ante sus habitantes y ante los demás Estados, pero los movimientos vertiginosos y la inestabilidad política de la época nos llevó por sendas imperiales, presidenciales, federalistas, centralistas, bicamerales, unicamerales, corriendo en el tiempo 1836, 1843, 1847 y el intento mejor logrado se concretó en 1857 con la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, comparándonos con los demás países mencionados vemos que no se aportaron elementos nuevos para el mundo, pero es loable resaltar que logramos hacer un conglomerado de disposiciones constitucionales basadas en modelos extranjeros y se les dotó de la idiosincrasia mexicana.

Las Constituciones fijan relaciones temporales y tienen tiempos, en el pasado formaron Estados, en el presente reforman Estados y en el futuro transformarán a los Estados; de ahí que la idea de Constitución sea temporal y tenga pretensiones de permanencia, como el término “nación” en el artículo 27 constitucional, donde aparece con N mayúscula, en alguna ocasión románticamente me dijeron que así se escribía por ser un término sociológico que abarca a los nacidos y los que nacerán en territorio mexicano; hoy cualquier Constitución ante los ojos de occidente debe garantizar los derechos humanos y establecer un sistema orgánico de actuación Estatal, de no cumplir con estas condiciones se cuestiona su origen, teleología y legitimidad.

La identidad como sistema de unión se enfoca en reconocernos en los otros al compartir elementos comunes, aumentando nuestra seguridad, comúnmente se utilizan íconos que fomentan la cohesión, dejo para la reflexión a la Virgen de Guadalupe, podrán existir mexicanos que no crean en la religión católica, pero vaya que la morenita del Tepeyac nos identifica como Nacionales.



Francisco Daniel.

martes, 16 de marzo de 2010

Una aldea experimental


Alguna vez escuché de Saramago cuatro preguntas que dejó como regla general de actuación para los curiosos, éstas son ¿qué?, ¿por qué?, ¿para qué?, ¿para quiénes?, parecerá extraño, pero por alguna extraña razón llegó a la Facultad de Derecho de la UNAM a relatar una historia sobre la muerte de la justicia, siguiendo ese interrogatorio trataré de unir dos escritos que originalmente estaban separados.

Retomando a los ritos, costumbres y mores, al ver “La Aldea”, me quedaron varias inquietudes, al preguntar ¿qué? encontré secretos, tabúes, una sociedad cerrada sin intención aparente de traspasar sus límites; llegamos entonces al ¿por qué? y entonces las cuestiones son ¿por qué desafiar un mito? y ¿por qué nos arriesgamos?; toca el turno del ¿para qué interrumpir costumbres o ver más allá si nos creen ciegos? y así determinar lo menos sencillo ¿para quiénes?, ¿será para nosotros mismos o para otros?, ¿iguales a mi o en otras condiciones?; ahí se observa una religación controlada, con tintes dogmáticos que buscaban dar seguridad a esa comunidad.

Por otro lado, “El Experimento”, brinda elementos de carácter individual, la religación se establece en una actividad en la que cada participante fue empujado a ella por situaciones diferentes en una apertura proporcional a la experiencia por vivir y el dinero a recibir, con la carga subjetiva de la historia personal de cada uno; existe la aparente renuncia a derechos fundamentales, la confrontación, duda y crisis de la autoridad, el gusto por la represión y el regocijo de la indisciplina, risas y reacciones físicas como respuesta a la presión y maneras de escapar de la realidad, misma que se recuperó al aparentar normalidad por el contacto con el exterior, que irónicamente detonaría posteriormente los instintos básicos de supervivencia.

En ambos casos vemos como constante a la conducta humana, aparece también la invitación a romper o flexibilizar las reglas que servían para mantener el orden, la determinación del grado de responsabilidad de aquellos que se involucraron en el proceso caótico y la posibilidad de superar los límites de la autoridad.

¿Qué?. Historias que buscaron interrumpir costumbres.
¿Por qué?. Por la inquietud natural o consciente.
¿Para qué?. Para conocer y superar los límites existentes al intentar ver con los ojos cerrados.
¿Para quiénes?. Para los operadores de los experimentos.

Quedan dos preguntas ¿es la represión una manera de cuidar de los demás? (gobernantes) y ¿existen reacciones apropiadas? (gobernados). No lo creo.

Referencias:
The Village. M. Night Shyamalan
Das Experiment. Oliver Hirschbiegel.

Francisco Daniel.

viernes, 5 de marzo de 2010

¿Por qué Maestría en Derecho?



Revisando la legislación universitaria, después de haber leído al Dr. Héctor Fix Zamudio y reflexionar sobre sus palabras surgió la necesidad de plasmar la inquietud que dejo en estas líneas.

Existen semejanzas, pero también muchas diferencias entre las dos ofertas educativas más próximas a los interesados que busquen un primer acercamiento con el Posgrado en Derecho de la UNAM, me refiero a las especialidades y a la maestría.


En mi caso, desde el inicio de mi aplicación para el ingreso a la maestría, pese a la diferencia de opinión de mi asesor, sabía que ese era mi destino; el conocimiento de las causas primeras, ejes rectores y principios, ubican al estudiante en el análisis reflexivo más allá de la solución de problemas, humanizando al Derecho, encaminándonos a la investigación y docencia.


Desde el enfoque práctico las especialidades son ideales para aquellas personas que quieran profundizar y perfeccionar una rama del Derecho, sin pretender cuestionar a fondo sus principios, siendo la mejor herramienta para la perfección técnica.


El afortunado encuentro con las técnicas de investigación y su relación con la metodología jurídica, epistemología y teorías jurídicas contemporáneas arrebataron la soberbia de mi tesis de licenciatura para dejarla como una modesta monografía digna de ser revisada a fondo para ser mejorada y poder compartirla algún día.


Me parece oportuno hacer esta precisión esperando sea de utilidad a algún lector; pensemos quiénes somos y qué buscamos.


Francisco Daniel.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Entre el Tótem y el Bicentenario


Detrás de la residencia presidencial, en el más importante espacio verde de la Ciudad de México, en pleno Bosque de Chapultepec, encontramos un peculiar regalo que hizo el gobierno de Canadá a nuestro país para festejar en 1960 los 150 años de la Independencia, ahora nos toca vivir y atestiguar el bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución Mexicana.

El regalo en 1960 fue un tótem, un tronco de árbol en el que sus creadores tallaron la madera formando seis elementos, el águila o halcón, un castor, una ballena y tres figuras con forma humana, dos de ellas representando cabezas y otra a semejanza de una persona sentada, conocemos al tótem como el emblema protector de una tribu y lo entendemos como la representación de animales o entes a los que los antiguos pobladores de Canadá atribuyeron significados y a ellos encomendaron su protección o guía; a través de estas figuras buscaron dar explicaciones a los fenómenos que percibieron y no comprendían.

Interpreto a las figuras humanas en la parte inferior del tótem como la base sobre la que se sitúan los animales, personas protegidas por seres fantásticos que cuidan de los individuos, situándose en su cima el ente más importante o aquel en que los humanos depositan sus creencias.

Hoy vemos al tótem como una reminiscencia del pasado, pero preguntémonos si la humanidad sigue construyendo figuras totémicas, al parecer no distamos mucho de los primeros pobladores de América, todavía tenemos representaciones de tantas cosas y seguimos atribuyéndoles significados.

A 50 años de la llegada del tótem canadiense a México ¿quién más se sorprendió al verlo?.

Francisco Daniel.