jueves, 24 de junio de 2010
No es asunto de colores
No veo razón para el cambio, en forma ni en fondo; la banda presidencial se utiliza en contadas ocasiones y la única en la que se porta sobre la ropa es la toma de posesión ya que el presidente saliente la entrega al nuevo titular del Ejecutivo Federal de acuerdo al protocolo, siendo la única vez que se hacen visibles los colores verde, blanco y rojo. Durante todo el sexenio el Presidente usa la banda debajo del saco, por lo que los únicos colores apreciables de la banda presidencial son el verde y el blanco, combinación que nos identifica como mexicanos, basta referirnos a los uniformes de los equipos representativos nacionales, ahora con el cambio, lo que se verá serán los colores rojo y blanco, representativos de otros países como Polonia o el Deportivo Toluca F. C. ¿miopía o daltonismo?
http://www.notimex.com.mx/admon/nota_l.php?d=1047813138&c=A
Francisco Daniel
martes, 15 de junio de 2010
Sobre el caso ABC y la Facultad de Investigación de la SCJN
El Ministro Zaldívar sentó precedente llevando al Pleno algo que los jueces en México no se atreven a hacer, utilizar la facultad atípica del artículo 97 Constitucional que tiene la Suprema Corte de Justicia para que a través de la interpretación del Derecho de una forma moderna y dúctil, como lo explica Zagrebelsky, nos libere de las concepciones decimonónicas que inundan los criterios jurisdiccionales, en este caso se trataba de ir más allá de la cadena de responsabilidades, considerando que lo que existe es un entramado o tejido que vincula a todos los participantes en los procesos, en especial, la atención de la potencia humana cristalizada en la infancia, tarea difícil en la que participan muchas autoridades y los padres de familia depositan su confianza en la estructura organizada que pareciera garantizar derechos mínimos como la vida.
La lógica del Estado Constitucional que pretende construir la Suprema Corte no se refleja en la decisión, que en la discusión mostró debilidad de argumentos en contra del proyecto de Zaldívar y temor a la innovación; en el caso, hay diferentes tipos de responsabilidades, no deben ni irán a la cárcel todos los involucrados, como se les seguirá llamando, pero comparten quizás de manera culposa dicha responsabilidad al recaer en ellos el deber de vigilancia sobre la operación de su alto encargo, cuestón que se aminora al usar el término involucramiento.
No olvidemos que la Suprema Corte de Justicia al pretender ser un Tribunal Constitucional resuelve cuestiones políticas y morales, encauzando estos contenidos en lo tutelado por nuestro máximo ordenamiento, que no debe ser interpretado literalmente ya que contiene principios que van más allá de las simples normas; en este entendido la autoridad de la Suprema Corte de Justicia proviene directamente de la Constitución, por lo que sus resoluciones tienen trascendencia mayúscula, principalmente cuando hay personas que incurrieron en violaciones graves de garantías; yo lamento que ocho Ministros no compartan la visión de Zaldívar, de quien espero cosas aventuradas con razones, como en el caso que comentamos.
Tenemos tantas visiones como espectadores se encuentren presentes, ya sea en un auditorio universal o en el caso, auditorios particulares.
Francisco Daniel